viernes, marzo 04, 2005

Esto no es una crisis de personalidad...

Es posible que las cosas mas especiales que conozco... no sean realmente mias.
Es posible que las bromas o carantoñas que hago... no sean realmente mias.
Es posible que incluso esto que este escribiendo... no sea realmente mio.
Pero decidi una cosa cuando a empece a escribir este post, y es que me da igual, quiza no sea mio, ni quiza siquiera sea de quien lo aprendi, pero hay cosas que merecen ser contadas... y son aquellas cosas que pasan de generacion en generacion... cuentos, leyendas, historias,... que no son nuestras pero que contamos. Ya nadie cuenta cuentos... ¡Benditos los cuenta-cuentos de barrio! Pues son los unicos que pueden mantener vivas nuestras esperanzas... Los niños deberian crecer con fabulosas fabulas... no con una television...
Señores politicos, si quieren mantener el poder, si quieren que el Estado se mantenga estable, y que nuestros niños no tengan ideales aun mas revolucionarios que los nuestros si cabe... promuevan esta antigua costumbre de contar cuentos. Pues esta generacion nacida de madre televisiva y padre abandonado..., no esta contenta con su educacion...
Bueno, que me voy de tema... Se han perdido los cuentos... Se ha perdido la fantasia... Solo queda en circulos reducidos y hay que hacer algo. ¿Saben que? Les contare un cuento...
El gato y el cazador

Cierto gato, en poblado descontento,
por mejorar sin duda su destino
(que no sería gato de convento)
,pasó de ciudadano a campesino.
Metióse santamentedentro de una covacha, mas no lejos
de un gran soto poblado de conejos.
Considere el lector piadosamente
si el novel ermitaño
probaría la yerba en todo el año.
Lo mejor de la caza devoraba,
haciendo mil excesos;
mas al fin, por el rastro que dejaba
de plumas y de huesos,
un cazador lo advierte; le persigue,
arma trampas y redes con tal maña,
que al instante consigue
atrapar la carnívora alimaña.
Llégase el cazador al prisionero;
quiere darle la muerte;
el animal le dice: «Caballero,
duélase de la suertede un triste pobrecito,
metido en la prisión, y sin delito.»

«¿Sin delito, me dices,
cuando sé que tus uñas y tus dientes
devoran infinitos inocentes?»
«Señor, eran conejos y perdices,
y yo no hacía más, a fe de gato,
que lo que ustedes hacen en el plato.»
«Ea, pícaro, muere;
que tu mala razón no satisface.»
Con que sea la cosa que se fuere,
¿la podrá usted hacer, si otro la hace?
[Extraido de Fábulas de Samaniego - Libro noveno]
Escuchando: Moby - Natural Blues.mp3
Cita: "El problema de nuestros tiempos es que el futuro ya no es lo que era." Paul Valéry
Karl A. Misskar